domingo, 10 de julio de 2011

LOS MORMONES SON CRISTIANOS?

Por Ministerio Iglesia Apostólica Internacional
Cerro Navia – Santiago de Chile

José Smith (1805 - 1844), el fundador de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días, sostuvo que estando en un bosque cercano a su casa, tuvo una visión donde se le aparecieron dos personajes divinos, uno de los cuales era Jesucristo, y que a partir de esa visión se le dieron revelaciones relacionadas con la restauración de la Iglesia de Jesucristo sobre la tierra. 

¿Es cristiano el mormonismo? Ésta tal vez parece ser una pregunta enigmática para muchos mormones al igual que para algunos cristianos. Los mormones dirán que son evangélicos y que incluyen la Biblia en la lista de los cuatro libros que reconocen como Las Escrituras. Explicarán que su creencia en Jesucristo forma parte central de su fe, y que está indicado por su nombre oficial: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

Además, muchos cristianos han escuchado al coro del Tabernáculo Mormón cantar himnos cristianos, y han quedado impresionados con la dedicación de los mormones en cuanto a reglas morales y su estructura familiar fortalecida ¿No sigue que el mormonismo es una religión cristiana evangélica?

Para contestar esta pregunta de una manera correcta e imparcial, tendremos que comparar cuidadosamente las doctrinas principales del mormonismo con las doctrinas principales del cristianismo evangélico y bíblico. Nuestra representación de la posición mormona proviene de las escrituras y obras doctrinales publicadas por La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Las obras citadas incluyen: Principios del Evangelio (edición de 1998), Cómo Lograr un Matrimonio Celestial (1992), Enseñanzas del Profeta Smith (1982), Artículos de Fe (1980), y Doctrina de Salvación, tres tomos (1979). Hagamos ahora esta comparación en diez áreas fundamentales de doctrina.

1.- La Biblia enseña que hay un solo Dios vivo y verdadero, y que aparte de Él no hay otros dioses (Deuteronomio 6:4; Isaías 43:10-11, 44:6-8, 45:21-22, 46:9, Marcos 12:29-34).

En contraste, La Iglesia Mormona enseña que hay múltiples dioses (La Perla de Gran Precio – El Libro de Abraham 4:3) y que nosotros, como seres humanos, podemos llegar a ser dioses y diosas en el Reino Celestial (Cómo Lograr un Matrimonio Celestial, pág. 130). Enseña también que los que se convertirán en dioses tendrán hijos espirituales quienes adorarán y orarán a ellos, así como nosotros adoramos a nuestro Padre Celestial (Principios del Evangelio, págs. 9, 11, 283).

2.- La Biblia enseña que Dios es Espíritu (Juan 4:24, 1. Timoteo 6:15-16), que no es un hombre (Números 23:19, Oseas 11:9, Romanos 1:22-23), y que siempre (eternamente) ha existido como Dios Omnipotente, Omnipresente y Omnisciente (Salmo 90:2, 139:7-10, Jeremías 23:24, Malaquías 3:6, Apocalipsis 19:6).

En contraste, La Iglesia Mormona enseña que Dios el Padre fue un hombre como uno de nosotros, y que Él progresó hasta llegar a ser un dios, y tiene un cuerpo de carne y hueso (Doctrinas y Convenios 130:22). José Smith dijo: “Dios una vez fue como nosotros; ahora es un hombre glorificado y está sentado sobre su trono allá en los cielos” (Enseñanzas del Profeta Smith, Pág. 247; Principios del Evangelio, Pág. 6). Además La Iglesia Mormona enseña que Dios tiene un padre y un abuelo, y así hasta lo infinito (Enseñanza del Profeta Smith, pág. 464).

3.- La Biblia enseña que Jesús es el mismo Dios del Antiguo Testamento que se manifestó en un velo de carne (Juan 1:1, 1:14, 10:30, Colosenses 2:9). Al manifestarse en carne en el tiempo indicado, se despojó a sí mismo (Filipenses 2:5-11) y fue hecho semejante a los hombres para lograr nuestra salvación. Su encarnación se hizo realidad cuando un ser humano puro y perfecto (el Hijo de Dios) fue concebido sobrenaturalmente por obra del Espíritu Santo, y nació de la virgen María (Mateo 1:28-23, Lucas 1:34-35).

En contraste, La Iglesia Mormona enseña que Jesucristo es nuestro hermano mayor, y que progresó hasta llegar a ser un dios. Él fue procreado en espíritu por medio del Padre Celestial y una madre celestial, y fue concebido físicamente por el Padre Celestial y la virgen María (Cómo Lograr un Matrimonio Celestial, pág. 129, Principios del Evangelio, págs. 9, 53). La doctrina mormona afirma que Jesús y Satanás son hermanos (Principios del Evangelio, págs. 15-16).

4.- La Biblia enseña que el Espíritu Santo es el Dios Único y es Omnipresente (Salmo 139:7-10, Hechos 5:3-4). "El título Espíritu Santo, se refiere a Dios como un ser espiritual y en actividad. Describe el carácter fundamental de la naturaleza de Dios. La palabra Santo hace referencia a sus atributos morales, mientras que la palabra Espíritu hace referencia a la naturaleza de Dios. El Título se usa particularmente para referirse a que Dios puede obrar entre los hombres porque Él es un Espíritu, así el tiene la capacidad de ungir, de regenerar, llenar y santificar a la humanidad. (Vea Génesis 1:1-2; Hechos 1:5-8)" [1]

En contraste, La Iglesia Mormona enseña que el Espíritu Santo es un espíritu con la forma de un hombre. El Espíritu Santo tiene forma y dimensiones. Él no llena la inmensidad del espacio y no puede estar presente en todas partes al mismo tiempo, personalmente. Sólo su poder se manifiesta en todo lugar al mismo tiempo (Doctrina de Salvación, Tomo I, Págs. 36-38, Principios del Evangelio, pág. 34).

5.- La Biblia enseña que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son referencias a títulos, roles o manifestaciones de Dios. Además los roles u oficios de Dios no se limitan a estos tres. Dios también es el Omnipotente, el Sanador, el Salvador, etc., y estos roles no hacen tantas personas divinas como títulos tenga el único Dios. "Dios es Padre por ser el Origen y Creador de todo cuanto existe (Isaías 64:8, Apocalipsis 4:11), y por ser nuestro Sustentador y Cuidador (1. Crónicas 29:10, Isaías 63:16, Santiago 1:17)... El título Hijo se refiere a la manifestación de Dios en carne como el ser humano perfecto (Efesios 4:13), el Cristo (Mateo 1:16), el Mesías (Juan 1:41) o el segundo Adán (1. Corintios 15:45-49). Dios sólo llegó a ser el Hijo al manifestarse en carne (Hebreos 2:14)" [2] Dios es el Espíritu Santo, porque Él es Espíritu y es Santo, y por su naturaleza espiritual puede obrar en nuestras vidas.

En contraste, La Iglesia Mormona enseña que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo constituyen tres personajes distintos y tres dioses (Enseñanzas del Profeta Smith, pág. 460), y que el Hijo (de los mormones) y el Espíritu Santo (de los mormones) son ambos de la prole literal del padre celestial y una esposa celestial (Joseph Fielding McConkie, Encyclopedia of Mormonism [Enciclopedia del Mormonismo], vol. 2, pág. 649).

6.- La Biblia enseña que la caída de Adán fue un gran mal, y que por medio de dicha caída, el pecado entró al mundo, poniendo a todo hombre bajo maldición, condenación y muerte. Aunque todos los hombres nacen con una naturaleza pecaminosa, serán juzgados individualmente por los pecados que cometan (Ezequiel 18:1-20, Romanos 5:12-21).

En contraste, la Iglesia Mormona enseña que la caída fue un paso necesario para el plan de vida y causa de grandes bendiciones para toda la humanidad (Principios del Evangelio, pág. 31, Doctrina de la Salvación 1:108, Libro del Mormón 2 Nefi 2:25).

7.- La Biblia enseña que el propósito principal de la expiación de Jesucristo es proveer la solución al problema del pecado que trae muerte a cada hombre. Tomando los pecados personales de todos los hombres –pasados, presentes y futuros- en su cuerpo en la cruz (1. Pedro 2:24). El Señor Jesucristo, como el Cordero de Dios sin mancha, cumplió cabalmente con las demandas de justicia divina en cuanto a nuestros pecados. De esta manera podemos ser perdonados y restaurados a la comunión con Dios (2. Corintios 5:21).

En contraste, La Iglesia Mormona enseña que por la expiación de Jesucristo todos los hombres son redimidos de la muerte física y de la tumba, sin importar que una persona reciba o no a Cristo por la fe (Doctrina de Salvación 1:118). La muerte de Jesús solamente garantiza que todo hombre resucitará, y la obra redentora de Cristo no es suficiente en sí misma para dar la vida eterna. La Iglesia Mormona enseña que para obtener vida eterna, tenemos que añadir nuestras buenas obras (Principios del Evangelio, págs. 68, 346-347; Artículos de Fe, págs. 92, 95-98).

8.- La Biblia enseña que somos salvos solamente por gracia y esto es completamente aparte de cualquier obra (Efesios 2:8-9). Los Diez Mandamientos fueron dados para que el hombre se diese cuenta de su incapacidad total de satisfacer las demandas de un Dios Justo (Romanos 3:20, 5:20, 1:7-8, Gálatas 3:19). Los sacrificios del Antiguo Testamento fueron dados como símbolo de la provisión del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Juan 1:29, Hebreos 9:11-14, 10:1-14). No podemos contribuir nada a nuestra salvación, porque aparte de Cristo, estamos espiritualmente muertos en nuestros pecados (Efesios 2:1-5). Un resultado de la salvación, es que Dios nos da un corazón nuevo que desea obedecer sus leyes. La salvación no es por las buenas obras, sino que una fe que salva produce buenas obras. Sin la evidencia de una vida cambiada, un testimonio de fe en Jesucristo es puesto en duda. Ser salvo por la gracia de Dios, no significa que podamos vivir como queramos (Romanos 6).

En contraste, La Iglesia Mormona enseña que las obras son necesarias para obtener suma salvación (lo que ellos llaman exaltación). Para poder morar en la presencia de Dios, hay que obedecer todas las leyes y ordenanzas de La Iglesia Mormona. Esto es porque “la expiación de Cristo hace posible que seamos salvados de nuestros pecados si hacemos nuestra parte” (Principios del Evangelio, págs. 68, 284-285; Tercer Artículo de Fe en la Perla de Gran Precio; Libro del Mormón 2 Nefi 25:23).

9.- La Biblia enseña que ella es la única, final e infalible Palabra de Dios (2. Timoteo 3:16, Hebreos 1:1-2, 2. Pedro 1:20-21) y que permanecerá para siempre (1. Pedro 1:23-25). Vemos la mano de Dios en la preservación providencial del texto de la Biblia, cosa que fue confirmada de una manera maravillosa por el descubrimiento de los Rollos del Mar Muerto.

En contraste, La Iglesia Mormona enseña que se han perdido muchas verdades de la Biblia, que la Biblia es corrupta y no contiene la plenitud del evangelio (Enseñanza del Profeta Smith págs. 4-5, 404; Libro del Mormón 1 Nefi 13:26-29).

10.- La Biblia enseña que la Iglesia Verdadera fue establecida por Jesús con su divino poder, y por esto la Iglesia del Nombre de Jesús nunca pudo dejar de existir en alguna parte de la historia desde su fundación en Jerusalén el día de pentecostés en que nació la Iglesia (Mateo 16:18, Juan 17:11, 1. Corintios 3:11, Hechos 2). Los cristianos admiten que ha habido corrupción en la iglesia de vez en cuando, pero creen que siempre a existido un remanente de personas quienes han guardado los principios del evangelio.

En contraste, La Iglesia Mormona enseña que hubo una gran y total apostasía en la iglesia establecida por Jesucristo. Este estado de apostasía continúa hasta hoy excepto entre aquellos que han llegado a un conocimiento del evangelio restaurado por La Iglesia Mormona (Doctrina de Salvación, págs. 3:249-273; Principios del Evangelio, pág. 97).

Conclusión: Los puntos doctrinales anteriormente expuestos, constituyen el evangelio comúnmente creído por todos los cristianos a través de las edades, sin importar denominación alguna. Este es distinto a otras religiones, como el mormonismo, que mientras pretenden ser cristianos en sus creencias y prácticas, dan más autoridad a otras escrituras que a la Biblia, enseñan doctrinas que contradicen la Biblia y tienen creencias que nunca fueron enseñadas por Jesucristo.

La mayoría de estas sectas se han originado en los últimos 200 años (La Ciencia Cristiana, los Testigos de Jehová, los Mormones, etc.), y sí representan una apostasía. Los mormones y los cristianos tienen en común puntos importantes bíblicos, igual que muchos conceptos morales. Sin embargo, los puntos ya mencionados son algunos ejemplos de las múltiples diferencias fundamentales e irreconciliables entre el cristianismo bíblico y el mormonismo. Aunque estas diferencias no nos prohíben que seamos amigos de los mormones, no podremos considerarlos hermanos en Cristo.

La Biblia nos advierte que vendrán falsos profetas quienes predicarán otro evangelio, con otro Jesús, atestados por otro espíritu (2. Corintios 11:4, 11:13-15, Gálatas 1:6-9). La Iglesia Mormona dice que su Libro del Mormón es Otro Testamento de Jesucristo. Creemos que en realidad es más bien, un testamento de otro Jesús, y que el mormonismo no es cristiano.

Notas:

[1] Julio César Clavijo Sierra. Unicidad de Dios.
http://unicodios.blogspot.com/2008/05/unicidad-de-dios.html

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